Ya puedes encontrarte en alguna esquina, o a la sombra de algún árbol con el libro SIN PODER. Construyendo colectivamente la autogestión de la vida cotidiana. coordinado por Javier Encina y Ainhoa Ezeiza.
Vamos a ir dando algunas pinceladas de los artículos que componen este libro.
Información sobre el libro http://desempoderamiento.blogspot.com.es/2017/03/sin-poder-primer-libro-de-la-tetralogia.html
Primeros balbuceos para un libro sobre
desempoderamiento comunitario.
Javier ENCINA, Ainhoa EZEIZA, Begoña LOURENÇO, Nayeli MORENO,Felícitas OVALLE y Carmen PÉREZ
Si queremos acercarnos a la comunidad
más allá de una aproximación geográfica (en Andalucía: pedanía,
aldea, pueblo o barrio de una ciudad...), o esencialista (donde lo
que define es el Ser, la identidad...); y así poder trabajar con y
desde la gente, debemos tener en cuenta que la gente vive su
comunidad como espacios, tiempos, territorios y horarios que se
articulan en torno a unas formas de relación en las que puede
predominar la verticalidad, la horizontalidad o la superposición de
ambas. Estas relaciones están tejidas con el entorno social y
natural y en muchas ocasiones a otras relaciones lejanas, que les dan
un mayor sentido de incompletitud, imperfección, incertidumbre y
complejidad. Estas formas de relación se caracterizan por la
cercanía, la proximidad y la comprensión del mundo a partir de
cosmovisiones compartidas y/o de otras que no se entienden como
ajenas.
Haciendo una relectura de K. MARX y M.
BAKUNIN (teniendo en cuenta posteriores aportaciones desde los
diversos marxismos, anarquismos y desde las culturas populares)
podemos plantearnos que lo importante a la hora de transformar la
sociedad son las formas de relación no sólo en la producción, sino
también en la generación de comunidad y libertad. Comunidades que
al ir construyendo formas de relación horizontales, van construyendo colectivamente cosmovisiones que provocan mediaciones sociales
deseadas y formas de producción y consumo más colectivos y en
armonía con el entorno social y natural. Para ello hemos puesto en
juego dos pensares/haceres/sentires: el ilusionismo social y el
desempoderamiento.
A veces
trasladamos una vision salvadora a la comunidad; desde la visión de
la Sociedad del Bienestar y el Estado protector: queriendo reproducir
un miniestado, inventando o aplicando normas y mecanismos que impiden
o dificultan la vida, a cambio de un mayor Ordenamiento, de una mayor
Seguridad, de un Futuro…, desaprender esto y autogestionar los
miedos e incertidumbres poco a poco, dejando de usar el Poder como
vehículo que mueve las relaciones sociales, el conocimiento o la
participación; es una de cosas a las que debemos atender en nuestras
relaciones. En nuestras
comunidades donde se da a la vez la construcción colectiva, la
horizontalidad, la apropiación individual, la aportación
individual, la verticalidad, el paternalismo, la dependencia, la
libertad...; el desempoderamiento comunitario no es sólo una teoría
atractiva, sino una forma de trabajar necesaria y que se convierte en
algo posible cuando lo enlazamos a las formas de trabajar del
ilusionismo social.
¿POR QUÉ EL DESEMPODERAMIENTO
COMUNITARIO?
Es una forma de trabajar las
horizontalidades necesarias para provocar construcciones colectivas
que permitan satisfacer las necesidades en un proceso de autogestión
de la vida cotidiana. Releyendo las aportaciones de Michel FOUCAULT a
las teorías del Poder podemos rescatar dos cuestiones centrales:
-
El Poder nos conduce y nosotr@s nos dejamos conducir, en este proceso nos impregnamos de la lógica del Poder; tanto en el pensar, como en el sentir y el hacer
-
Todas las personas tenemos poder sobre otras; en algún espacio y tiempo o en algún territorio y horario a lo largo de nuestra vida.
Para no ejercer el poder sobre otr@s y
para desimpregnarnos de su lógica tenemos que desempoderarnos: hacer
dejación de poder hacia las personas de abajo (nunca hacia arriba),
en armonía con el entorno social y natural.
El desempoderamiento comunitario
precisa de este desempoderamiento individual, pero tambien de un
desempoderamiento del Estado concretado en las instituciones
educativas (desempoderamiento educativo), en las administraciones
públicas, en los cuerpos policiales, en los representantes políticos
(pero tambien en los sindicales y asociativos) y de un
desempoderamiento del Mercado mediante la potenciación de economías
populares, de cercanía y proximidad, de economías alternativas y
sustentables... En estos casos del Estado y del Mercado el
desempoderamiento puede comenzar por una flexibilización de
estructuras, que al menos impida el bloqueo institucional y
económico.
Y no es que el dempoderamiento tenga
que ser en todos los sitios o si no no se puede hacer, sino que hay
que realizarlo en el sitio donde estemos. ¿Por qué?
Fundamentalmente sería porque de esta manera vamos horizontalizando
las relaciones, vamos a poder hablar con el resto de la gente que
está en nuestro entorno de igual a igual, no de arriba-abajo, o
vamos a ir haciendo que eso pueda ir ocurriendo, y por el otro lado,
ese mismo proceso va a propiciar que se pueda construir
colectivamente el conocimiento, las acciones, los sentimientos que se
provocan en esas acciones, y nos enriquezcamos mutuamente todas las
personas que convivimos en esta comunidad.
En el desempoderamiento comunitario
podemos entrelazar en esa imaginaria almazuela, que podemos coser y
descoser; incorporar o quitar los diversos elementos que nos vamos
encontrando en espacios y tiempos cotidianos, en horarios y
territorios institucionales o de masas; siempre teniendo en cuenta
que el hilo gordo tiene que ser el más cercano a las culturas
populares. Para ello, debemos tener en cuenta que ha habido una
destrucción de la autoestima comunitaria, un empoderamiento de
líderes para todo, un empoderamiento de grupos, toma de poder, una
apropiación de lo común por parte del Estado y del Mercado.
A partir de aquí explicamos con ejemplos concretos cómo lo hemos trabajado.
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