viernes, 8 de mayo de 2015

INTERDEPENDENCIA Y AUTONOMÍA: nuestra visión

Volvemos a los pilares del desempoderamiento después de mi viaje a Euskadi (Donosti, Irún, Larrabetzu, Ondarroa).... Volvemos con el 5º pilar.

La interdepencia y autonomía es uno de los pilares del desempoderamiento...

Para comprender el desempoderamiento tendríamos que visualizarlo asentado sobre ocho pilares, que tienen que guardar un equilibrio, aunque sea inestable a lo largo del proceso, aunque en cada momento puede haber predominancias, que hay que equilibrar... 

La interdependencia puede ser con respecto a nuestro pasado, como la que nos da la repetición creativa: “La aventura incierta de la humanidad es una repetición dentro de su esfera de la aventura incierta del cosmos, que nació de un accidente impensable para nosotros y que prosigue en un devenir de creaciones y de destrucciones”. E. MORIN. Todas las estrategias creativas, que se siguen generando en la cotidianidad para seguir viviendo, están relacionadas con los posibles destinos de la repetición.




Igualmente, la interdependencia puede ser con respecto al presente: mediante la confianza construir colectivamente una actividad con otro grupo, o partiendo de los pensares y/o haceres y/o sentires de otro grupo hacer algo nuestro.... De esta manera se impide la conduit, porque se van abriendo caminos insospechados y repentinos, que te desvían del conducido por el Poder. Como plantea Mahatma GANDHI, el camino de la interdependencia es el que te lleva a la autosuficiencia y a la autonomía (que como hemos dicho anteriormente es una de las características de estos movimientos transformadores en la invisibilidad, que tienden a autorregularse y a autonutrirse). 

Para HEGEL, sin esa interdependencia el sujeto no puede romper con el egoísmo; que leído en la actualidad podríamos decir cómo que no puede romper con la sociedad del espectáculo. Es la interdependencia la que potencia el dar importancia a las relaciones horizontales: nadie debe de imponer nada a l@s demás, todo se discute, todas las opiniones son válidas y el intercambio de los papeles facilita que aquellas personas que no suelen hablar por vergüenza o prejuicios rompan esas barreras y que l@s supuest@s “líderes/as naturales” reflexionen sobre su papel y den importancia al de l@s demás. Aquí es donde aparecen y se potencian desde un desempoderamiento inicial los liderazgos situacionales (frente a la esclerotización que significa el reconocer a ciert@s líderes/as como L@s Lideres/as para todo), desde esta nueva autonomía interdependiente: tod@s somos líderes/as en determinados espacios y tiempos cotidianos, nunca en todos, acabaríamos con la cotidianidad (convertiríamos todas las cotidianidades en el espectáculo del liderazgo único). Reconocer y animar los liderazgos situacionales es reconocer la importancia que tiene cada una de las tareas en el proceso: la cultura, la elaboración de la comida, la representación política, la comunicación, no hay tareas “secundarias o de apoyo”. Esto significa un respeto a cada una de las vidas y apertura a las situaciones de crisis, que se viven como un momento de creatividad no como una tragedia. Sin horizontalidad la interdependencia se convierte en dependencia, y por lo tanto en un elemento más que favorece la conduit.

Además, la sociedad del espectáculo encauza las ganas que pueda haber de transformación y las lleva a su camino: a la conduit, las acaba convirtiendo en un negocio más, si se quiere cambiar algo hay que pagar para ello, esto lo tenemos presente todos los días, hace que mucha gente quede satisfecha con una acción individual que no precisa el relacionarte con nadie, sólo basta con ver y oír, con dar tu dinero y eso justifica que estás luchando por cambiar las cosas. La sociedad del espectáculo tiene estas trampas que ahogan la interdependencia desde el individualismo y con una falsa sensación de autonomía.

 
La cotidianidad sería un continuo restar tu identidad. Participar en tu vida requiere implicarte con l@s demás. Lo no cotidiano es el ser, se ven pasar las cosas. Lo cotidiano es pensar, sentir, hacer a la vez, no hay separación. Lo cotidiano desordena, abre hacia el caos, pone obstáculos a la conduit. El espectáculo ordena y cierra hacia la dictadura individual sin sujeto (hacia el egoísmo, la masa…). El espectáculo no puede cambiar, es una repetición repetitiva con un envoltorio de diseño y falsa autonomía. Lo cotidiano parece que es siempre igual, parece rutinario, pero en realidad no es así, no se habla de lo mismo siempre, se potencian cosas que se hablaron otros días, la comida también cambia…, es una repetición que te puede hacer crear cosas nuevas. Se va innovando sobre lo ya creado. Mientras que la sociedad del espectáculo está hecha para contener tu vida día a día: al no relacionarte, al sólo ver y oír, no puedes reaccionar.



En muchas ocasiones, se confunde la vida cotidiana con la cultura de masas, cuando lo que se pretende desde el Mercado y el Estado hegemónicos y desde el Patriarcado es la colonización de la vida cotidiana mediante la conduit, y la suplantación de las culturas populares por la cultura de masas. En realidad, muchos de los teóricos de la transformación, desde la defensa de una falsa autonomía; abogan por la ruptura de la esclavitud y de la alienación que supone la vida cotidiana; ayudando así al objetivo marcado por aquellos que consideran antagonistas.

Otra forma de abandonar la cotidianidad y romper la interdependencia sería “centrar demasiado el análisis en acciones dramáticas de ámbito global, es decir, acciones que suelen ocurrir en las ciudades de los países centrales que suscitan la atención de los medios de comunicación globales, [esto además] puede hacernos olvidar que la resistencia a la opresión es una tarea cotidiana protagonizada por gente anónima fuera de la atención mediática y que sin esa resistencia, el movimiento democrático transnacional no es autosustentable…” Boaventura de Sousa SANTOS, y se convierte en un nuevo espectáculo.

Este pilar, la interdependencia y autonomía, viene preñado de un momento cero en el que ya habría habido una construcción colectiva en tu propio grupo, en el momento uno se aportan los saberes y de ahí salen las transferencias y los liderazgos situacionales. En el momento dos se da una construcción colectiva intergrupal, en el momento tres por un lado se refuerza la interdependencia y por el otro lado una línea de disolución de la interdependencia con la creación de autonomía. Dependiendo de las dinámicas que existan en ese grupo o entre los grupos, en el momento cuatro pesará más seguir con la construcción de la interdependencia, entre esos grupos, o crear cosas nuevas a partir de la autonomía (volviendo en esta espiral creativa a crear nuevas interdependencias con otros grupos o con los mismos en otros espacios y tiempos diferentes).


La certidumbre te la da la interdependencia. La autonomía al crear mundos nuevos crea incertidumbre. Es necesaria una relación dialéctica entre estos dos movimientos para que surja la creatividad.

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