Tras el arranque de las I Jornadas Internacionales de Desempoderamiento en Villavicencio (Colombia) el 4 de junio, con un debate sobre el ilusionismo social, se celebraron las jornadas en Andalucía, del 19 al 29 de junio de 2015.
Hemos ido juntándonos en diferentes lugares con gente que está haciendo cosas interesantes en su comunidad, y han surgido muchos debates y temas que nos ayudan a seguir profundizando en el desempoderamiento y en la autogestión de la vida cotidiana.
Nos hemos reunido en Sevilla en Casa Cornelio, en la Asociación de Vecin@s "Andalucía" del barrio de San Diego, en el Nuevo Ateneo Tierra y Libertad, y en Las Comadres, en Lebrija en la Biblioteca Pública, y en San Fernando (Cádiz) en el Centro de Recuperación de Personas con Discapacidad Física (CRMF)-IMSERSO. Hemos acompañado los debates con nuestros vídeos de los pilares de la ALEGRÍA, la CONFIANZA y los CUIDADOS y del desempoderamiento educativo, que tenemos agrupados en la lista de reproducción de los vídeos-borrador que estamos elaborando para facilitar el debate sobre el DESEMPODERAMIENTO.
Hemos disfrutado con la música de José Antonio Mazo "Gori" y su guitarra flamenca, y también con los cuentos sociales de Jhon Ardila:
Hemos recogido aquí algunas ideas con las que podemos seguir trabajando:
Para comprender el desempoderamiento tendríamos que visualizarlo asentado sobre ocho pilares, que tienen que guardar un equilibrio, aunque sea inestable a lo largo del proceso, aunque en cada momento puede haber predominancias, que hay que equilibrar... En esta entrada están recogidos los pilares y las diversas visiones:
http://desempoderamiento.blogspot.com.es/2015/05/los-ocho-pilares-del-desempoderamiento.html
De los ocho pilares, en estas jornadas hemos debatido particularmente sobre tres:
Cuidarnos, ocuparnos, preocuparnos por l@s demás como actitud vital, entendida desde lo horizontal y desde la confianza y la ayuda mutua. Hablamos de la familia, del amor y también de los cuidados colectivos, comunitarios, vecinales...
Nos dimos cuenta de que muchos recuerdos que tenemos sobre cómo cuidarnos vienen de años atrás y que se han ido perdiendo por las prisas, por no dedicar tiempo, por delegar, por profesionalizar los cuidados, por creer que no eran importantes, por las formas de vida individualistas, porque no hay sitio para juntarnos, porque hemos optado por una vida cómoda, más materialista y menos humana...
Debatimos sobre cómo la búsqueda de la felicidad nos ha alejado de la gente y de las formas cotidianas de la alegría. Al ser la alegría cotidiana algo efímero, del momento, del estar, parecía menos importante que la felicidad, el ser, la comodidad... y sin embargo, sentimos que la alegría que vivimos cuando nos juntamos a comer, a charlar, a cantar... nos llena más y nos hace sentir más human@s.
Hablamos, en los diferentes lugares en los que nos juntamos en las jornadas de ir recuperando algunas formas de relación que nos dan esa alegría y que ayudan a fortalecer la confianza colectiva. Por ejemplo, juntarnos en la asociación de vecin@s para cocinar junt@s, intercambiar saberes, estar, vernos, saber un@s de otr@s, interesarnos por l@s demás... Ir creando redes de ayuda mutua y de confianza para vivir mejor desde hoy, sin esperar a ganar unas elecciones, a que todo el mundo cambie... aprovechando las oportunidades que tenemos en nuestras vidas cotidianas de relacionarnos de otras maneras, que no estén conducidas por el Estado y el Mercado, empezando por lo sencillo, lo que podemos hacer desde ya, y trabajando sin objetivos a priori, haciendo según va surgiendo y relacionándonos en la complejidad y la incompletitud.
El debate sobre las acciones políticas, el activismo, la participación en agrupaciones políticas... también surgió en varios encuentros. Se debatió sobre si era mejor aunar fuerzas sociales para el cambio político y a partir de ese cambio ir trabajando para la transformación social, o dejar a un lado la toma del poder político y dedicarnos a transformar la vida cotidiana desde ahora. En realidad, no se trata de un "versus" sino de trabajar en uno u otro sentido según, también, las inquietudes personales y las formas de pensar/sentir/hacer de cada cual.
Desde el desempoderamiento, se plantea salir del campo de juego de la toma del poder, el contrapoder o el empoderamiento, y trabajar con y desde la gente para la autogestión de la vida cotidiana, sin objetivos a priori. Pero, al mismo tiempo, al considerar fundamental el disenso como forma de trabajar con y desde la gente, podemos compartir diferentes visiones, perspectivas y formas de lucha sin necesidad de que tod@s hagamos lo mismo, y puede ser interesante hacer confluir, desde ese disenso, la visión de las democracias participativas y la de la autogestión colectiva de la vida cotidiana.
Tras el visionado, participamos en un largo coloquio en el que se trataron cuestiones clave en relación al papel de las administraciones públicas con las minorías y grupos en situación de desamparo y discriminación. Un tema clave fue el asociacionismo dominante como herramienta del Estado para controlar la participación a través de subvenciones y nombramientos de interlocutores, que genera el establecimiento de relaciones verticales de poder.
Las experiencias de participación como la de El Reparto (1999-2003) muestran formas de desempoderamiento de las administraciones públicas, de flexibilización de estructuras para facilitar la participación horizontal. Las asociaciones pueden ayudar a dinamizar desde la comprensión profunda y directa de la realidad sobre la que trabajan, siempre que no sea una forma de empoderarse y de alejarse de la gente, es decir, siempre que trabajen CON y DESDE la gente y no POR y PARA la gente.
El Proyecto "La Escalerita" es un proyecto autogestionado por un grupo de madres que conformaron un grupo de lactancia para compartir ideas y apoyarse mutuamente en una crianza natural de sus hij@s, y en estos momentos se están planteando una organización más compleja de cara a la escolarización. Hablamos sobre la idea de crear una escuela común, basada en la construcción colectiva de saberes en contacto con la comunidad, superando el debate entre escuela pública/escuela privada (que trata únicamente sobre quién es el dueño o dueña de la escuela) para tratar sobre cómo queremos que sea la educación formal.
Crear una escuela puede ser difícil y hay muchas trabas burocráticas, legales y sociales que pueden impedir que sea posible. Sin embargo, sabemos que hay escuelas (de muy diversa índole) y docentes en lugares concretos que están haciendo posibles otras formas de educación. También hay que tener en cuenta que la escuela es solo una parte de la educación, por lo que si no es posible encontrar la escuela que queremos, o generar dinámicas que nos gusten en las escuelas a las que vayamos, en realidad tenemos muchos más espacios y tiempos en los que seguir compartiendo en armonía con el entorno social y natural.
Que se establezcan lazos de unión entre familias puede, además, ayudar a promover un cambio en las formas de vida comunitarias, hacia una alimentación más sana y socioeconómicamente justa, formas de relación basadas en la confianza y la ayuda mutua, un ambiente de cuidados colectivos... Abrir estas iniciativas no escolares, reconociendo su labor para la autoestima comunitaria, reconociendo el valor de entretejer saberes populares, pueden ser también formas de transformación social que transciendan el contexto educativo.
Desde el punto de vista docente, el debate se desarrolló en torno a la tensión entre lo que esperan quienes nos contratan como educador@s y lo que sentimos/pensamos/hacemos cuando estamos trabajando con l@s estudiantes. En el caso del CRMF, al tratar con estudiantes con dificultades físicas notables, que hacen evidentes las diferencias entre las capacidades de cada persona, l@s profesor@s entienden que una aplicación directa del curriculum o un énfasis excesivo en los objetivos programáticos no tiene sentido. Esta evidencia abre el debate sobre el establecimiento de objetivos a priori y sobre las formas de evaluación. Si dejamos a un lado la idea de inclusividad (que supone, en sí misma, que hay alguien fuera que hay que incluir en el "círculo" de la gente "normal") y enfocamos la educación desde la perspectiva del ilusionismo social, trabajando con y desde las personas con las que estamos, las etiquetas dejan de tener importancia y l@s estudiantes dejan de ser "un caso" o "un diagnóstico" para ser consideradas personas que participan en la construcción colectiva de saberes.
En este debate, se planteó que la escritura ha sido promovida por instituciones eclesiásticas, lo que supone que la escritura predominante actualmente es la que Ivan ILLICH denomina "escritura clerical". Al considerarse la escritura como la forma culta de expresión, se ha robado la autoestima a las formas orales de expresión, comunicación y transmisión de saberes fuera de las formas normativizadas, y se ha provocado un alejamiento entre las formas naturales, populares de comunicación y las formas aprendidas en la escuela. Se confunde "hablar bien" con "hablar como se escribe" o "hablar correctamente" (haciendo referencia al uso de las formas estandarizadas y regladas de la lengua).
La escritura facilita la introspección, el pensamiento profundo y pausado, la recuperación del conocimiento y su expansión, y es indudablemente una herramienta potente para la expresión del pensamiento humano y su universalización. Pero su supremacía ha generado muchos problemas, porque ha dejado de verse como una herramienta más para ser un objetivo. La predominancia de lo escrito en la escuela es una muestra de ello, ya que se plantea la adquisición de la lecto-escritura, lo más temprana posible, sin preguntarnos para qué.
Las culturas populares son predominantemente orales, y es indudable que se ha sabido transmitir saberes muy complejos y diversos a través de la oralidad. Lo oral, además de la riqueza expresiva, tiene una gran facilidad de adaptación por medio de la repetición creativa, al contrario de la repetición repetitiva que supone lo escrito. El desempoderamiento lingüístico se entiende, en este contexto, como hacer dejación del poder de lo escrito y lo normativo para reconocer los saberes, haceres y sentires de la oralidad, pasando la escritura a un segundo plano.
Podéis ver aquí el pequeño reportaje que emitieron en LebrijaTV sobre el debate:
http://www.lebrija.tv/index.php/component/k2/item/5074-el-lenguaje-oral-y-el-escrito-a-debate-en-la-biblioteca-municipal
Hemos ido juntándonos en diferentes lugares con gente que está haciendo cosas interesantes en su comunidad, y han surgido muchos debates y temas que nos ayudan a seguir profundizando en el desempoderamiento y en la autogestión de la vida cotidiana.
Nos hemos reunido en Sevilla en Casa Cornelio, en la Asociación de Vecin@s "Andalucía" del barrio de San Diego, en el Nuevo Ateneo Tierra y Libertad, y en Las Comadres, en Lebrija en la Biblioteca Pública, y en San Fernando (Cádiz) en el Centro de Recuperación de Personas con Discapacidad Física (CRMF)-IMSERSO. Hemos acompañado los debates con nuestros vídeos de los pilares de la ALEGRÍA, la CONFIANZA y los CUIDADOS y del desempoderamiento educativo, que tenemos agrupados en la lista de reproducción de los vídeos-borrador que estamos elaborando para facilitar el debate sobre el DESEMPODERAMIENTO.
Hemos disfrutado con la música de José Antonio Mazo "Gori" y su guitarra flamenca, y también con los cuentos sociales de Jhon Ardila:
Hemos recogido aquí algunas ideas con las que podemos seguir trabajando:
Debates sobre los CUIDADOS, la CONFIANZA y la ALEGRÍA, pilares del desempoderamiento
Para comprender el desempoderamiento tendríamos que visualizarlo asentado sobre ocho pilares, que tienen que guardar un equilibrio, aunque sea inestable a lo largo del proceso, aunque en cada momento puede haber predominancias, que hay que equilibrar... En esta entrada están recogidos los pilares y las diversas visiones:
http://desempoderamiento.blogspot.com.es/2015/05/los-ocho-pilares-del-desempoderamiento.html
De los ocho pilares, en estas jornadas hemos debatido particularmente sobre tres:
- Los CUIDADOS, con miembros de UNILCO-espacio nómada y con Emilia R. Peña y su exposición fotográfica (http://afotandodeafotar.blogspot.com.es/).
- La CONFIANZA, con Vanessa Galán y Begoña Lourenço (integrantes de la Red de Confianza).
- La ALEGRÍA, con Carmen Pérez Araujo (antropóloga y trabajadora social) y Miguel A. Puerto (pedagogo).
Debatiendo sobre la ALEGRÍA en la AA.VV Andalucía de San Diego |
Cuidarnos, ocuparnos, preocuparnos por l@s demás como actitud vital, entendida desde lo horizontal y desde la confianza y la ayuda mutua. Hablamos de la familia, del amor y también de los cuidados colectivos, comunitarios, vecinales...
Nos dimos cuenta de que muchos recuerdos que tenemos sobre cómo cuidarnos vienen de años atrás y que se han ido perdiendo por las prisas, por no dedicar tiempo, por delegar, por profesionalizar los cuidados, por creer que no eran importantes, por las formas de vida individualistas, porque no hay sitio para juntarnos, porque hemos optado por una vida cómoda, más materialista y menos humana...
Con "Gori" en Las Comadres hablando sobre la confianza |
Debatimos sobre cómo la búsqueda de la felicidad nos ha alejado de la gente y de las formas cotidianas de la alegría. Al ser la alegría cotidiana algo efímero, del momento, del estar, parecía menos importante que la felicidad, el ser, la comodidad... y sin embargo, sentimos que la alegría que vivimos cuando nos juntamos a comer, a charlar, a cantar... nos llena más y nos hace sentir más human@s.
Compartimos sobre cuidados con la exposición de Emilia R. Peña |
Hablamos, en los diferentes lugares en los que nos juntamos en las jornadas de ir recuperando algunas formas de relación que nos dan esa alegría y que ayudan a fortalecer la confianza colectiva. Por ejemplo, juntarnos en la asociación de vecin@s para cocinar junt@s, intercambiar saberes, estar, vernos, saber un@s de otr@s, interesarnos por l@s demás... Ir creando redes de ayuda mutua y de confianza para vivir mejor desde hoy, sin esperar a ganar unas elecciones, a que todo el mundo cambie... aprovechando las oportunidades que tenemos en nuestras vidas cotidianas de relacionarnos de otras maneras, que no estén conducidas por el Estado y el Mercado, empezando por lo sencillo, lo que podemos hacer desde ya, y trabajando sin objetivos a priori, haciendo según va surgiendo y relacionándonos en la complejidad y la incompletitud.
Proyección del vídeo de los CUIDADOS en Casa Cornelio |
Desde el desempoderamiento, se plantea salir del campo de juego de la toma del poder, el contrapoder o el empoderamiento, y trabajar con y desde la gente para la autogestión de la vida cotidiana, sin objetivos a priori. Pero, al mismo tiempo, al considerar fundamental el disenso como forma de trabajar con y desde la gente, podemos compartir diferentes visiones, perspectivas y formas de lucha sin necesidad de que tod@s hagamos lo mismo, y puede ser interesante hacer confluir, desde ese disenso, la visión de las democracias participativas y la de la autogestión colectiva de la vida cotidiana.
Desempoderamiento de las administraciones públicas
Para debatir sobre el desempoderamiento de las administraciones públicas, se proyectó el documental El amor y la Ira. Cartografía del acoso antigitano, presentado por sus directores José Heredia y Manuel Maciá en Casa Cornelio el día 19 de junio, como apertura de las jornadas en Andalucía.Tras el visionado, participamos en un largo coloquio en el que se trataron cuestiones clave en relación al papel de las administraciones públicas con las minorías y grupos en situación de desamparo y discriminación. Un tema clave fue el asociacionismo dominante como herramienta del Estado para controlar la participación a través de subvenciones y nombramientos de interlocutores, que genera el establecimiento de relaciones verticales de poder.
Las experiencias de participación como la de El Reparto (1999-2003) muestran formas de desempoderamiento de las administraciones públicas, de flexibilización de estructuras para facilitar la participación horizontal. Las asociaciones pueden ayudar a dinamizar desde la comprensión profunda y directa de la realidad sobre la que trabajan, siempre que no sea una forma de empoderarse y de alejarse de la gente, es decir, siempre que trabajen CON y DESDE la gente y no POR y PARA la gente.
Escuela común y desempoderamiento educativo
Sobre el desempoderamiento educativo, pudimos compartir vivencias y experiencias en dos contextos muy diferentes: en el Nuevo Ateneo Tierra y Libertad de Sevilla, con las madres sevillanas del Proyecto "La Escalerita" y con docentes y estudiantes del ámbito social y educativo en el Centro de Recuperación de Personas con Discapacidad Física (CRMF)-IMSERSO de San Fernando (Cádiz), con Javier Encina (ilusionista social) y Ainhoa Ezeiza (Universidad del País Vasco).El Proyecto "La Escalerita" es un proyecto autogestionado por un grupo de madres que conformaron un grupo de lactancia para compartir ideas y apoyarse mutuamente en una crianza natural de sus hij@s, y en estos momentos se están planteando una organización más compleja de cara a la escolarización. Hablamos sobre la idea de crear una escuela común, basada en la construcción colectiva de saberes en contacto con la comunidad, superando el debate entre escuela pública/escuela privada (que trata únicamente sobre quién es el dueño o dueña de la escuela) para tratar sobre cómo queremos que sea la educación formal.
Crear una escuela puede ser difícil y hay muchas trabas burocráticas, legales y sociales que pueden impedir que sea posible. Sin embargo, sabemos que hay escuelas (de muy diversa índole) y docentes en lugares concretos que están haciendo posibles otras formas de educación. También hay que tener en cuenta que la escuela es solo una parte de la educación, por lo que si no es posible encontrar la escuela que queremos, o generar dinámicas que nos gusten en las escuelas a las que vayamos, en realidad tenemos muchos más espacios y tiempos en los que seguir compartiendo en armonía con el entorno social y natural.
Que se establezcan lazos de unión entre familias puede, además, ayudar a promover un cambio en las formas de vida comunitarias, hacia una alimentación más sana y socioeconómicamente justa, formas de relación basadas en la confianza y la ayuda mutua, un ambiente de cuidados colectivos... Abrir estas iniciativas no escolares, reconociendo su labor para la autoestima comunitaria, reconociendo el valor de entretejer saberes populares, pueden ser también formas de transformación social que transciendan el contexto educativo.
Desde el punto de vista docente, el debate se desarrolló en torno a la tensión entre lo que esperan quienes nos contratan como educador@s y lo que sentimos/pensamos/hacemos cuando estamos trabajando con l@s estudiantes. En el caso del CRMF, al tratar con estudiantes con dificultades físicas notables, que hacen evidentes las diferencias entre las capacidades de cada persona, l@s profesor@s entienden que una aplicación directa del curriculum o un énfasis excesivo en los objetivos programáticos no tiene sentido. Esta evidencia abre el debate sobre el establecimiento de objetivos a priori y sobre las formas de evaluación. Si dejamos a un lado la idea de inclusividad (que supone, en sí misma, que hay alguien fuera que hay que incluir en el "círculo" de la gente "normal") y enfocamos la educación desde la perspectiva del ilusionismo social, trabajando con y desde las personas con las que estamos, las etiquetas dejan de tener importancia y l@s estudiantes dejan de ser "un caso" o "un diagnóstico" para ser consideradas personas que participan en la construcción colectiva de saberes.
Escritura y oralidad, desempoderamiento lingüístico
Otro tema que tratamos en las jornadas fue el relacionado con el desempoderamiento lingüístico, con un debate sobre escritura y oralidad abierto por Miguel A. Puerto (pedagogo lebrijano) y Ainhoa Ezeiza (profesora-investigadora del dpto. de Didáctica de la Lengua y de la Literatura de la UPV/EHU) en la Biblioteca Pública de Lebrija.En este debate, se planteó que la escritura ha sido promovida por instituciones eclesiásticas, lo que supone que la escritura predominante actualmente es la que Ivan ILLICH denomina "escritura clerical". Al considerarse la escritura como la forma culta de expresión, se ha robado la autoestima a las formas orales de expresión, comunicación y transmisión de saberes fuera de las formas normativizadas, y se ha provocado un alejamiento entre las formas naturales, populares de comunicación y las formas aprendidas en la escuela. Se confunde "hablar bien" con "hablar como se escribe" o "hablar correctamente" (haciendo referencia al uso de las formas estandarizadas y regladas de la lengua).
La escritura facilita la introspección, el pensamiento profundo y pausado, la recuperación del conocimiento y su expansión, y es indudablemente una herramienta potente para la expresión del pensamiento humano y su universalización. Pero su supremacía ha generado muchos problemas, porque ha dejado de verse como una herramienta más para ser un objetivo. La predominancia de lo escrito en la escuela es una muestra de ello, ya que se plantea la adquisición de la lecto-escritura, lo más temprana posible, sin preguntarnos para qué.
Las culturas populares son predominantemente orales, y es indudable que se ha sabido transmitir saberes muy complejos y diversos a través de la oralidad. Lo oral, además de la riqueza expresiva, tiene una gran facilidad de adaptación por medio de la repetición creativa, al contrario de la repetición repetitiva que supone lo escrito. El desempoderamiento lingüístico se entiende, en este contexto, como hacer dejación del poder de lo escrito y lo normativo para reconocer los saberes, haceres y sentires de la oralidad, pasando la escritura a un segundo plano.
Podéis ver aquí el pequeño reportaje que emitieron en LebrijaTV sobre el debate:
http://www.lebrija.tv/index.php/component/k2/item/5074-el-lenguaje-oral-y-el-escrito-a-debate-en-la-biblioteca-municipal
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