Uno de los conceptos fundamentales que tuvimos que abordar a la hora de desarrollar lo que se va llamando desempoderamiento es el concepto de contrapoder. Poco a poco, en nuestros debates y prácticas, fuimos comprendiendo que la línea gorda del contrapoder para nosotros significaba el estar subordinados a la agenda del poder, teníamos que contraponernos a las acciones que desde el poder se iban marcando. Esto fue abriendo la necesidad de ir elaborando nuevas formas de no dejarnos conducir por el poder.
Lo que plantea Toni NEGRI podemos resumirlo de la siguiente manera:
"Cuando se habla de contrapoder en general, en realidad se está hablando de tres cosas: de resistencia contra el viejo poder, de insurrección y de potencia constituyente de un nuevo poder. Resistencia, insurrección poder constituyente representan la figura trinitaria de una única esencia del contrapoder.
Qué es la resistencia lo conocemos con cierta precisión si consideramos que en la vida cotidiana una gran mayoría de sujetos sociales la está ejerciendo. En las actividades productivas, contra el patrón; en las actividades de reproducción social, contra las autoridades que regulan y controlan la vida (en la familia, el paternalismo... ); en la comunicación social, contra los valores y los sistemas que encierran al lenguaje en la repetición y lo empujan hacia el sin-sentido. La resistencia interactúa duramente, pero también creativamente, con el mando, en casi todos los niveles de la existencia social vivida.
En cuanto a la insurrección, es de más compleja experimentación: pero en el transcurso de una generación (y, en todo caso, en los últimos dos siglos, cada treinta años) se ha podido experimentar. Para nosotros la insurrección es la forma de un movimiento de masas que resiste, cuando deviene activo en poco tiempo, o sea cuando se concentra sobre algunos objetivos determinados y determinantes: ello representa la innovación de las masas de un discurso político común. La insurrección hace confluir las distintas formas de resistencia en un único nudo, las homologa, las dispone como una flecha que atraviesa en forma original el límite de la organización social establecida, del poder constituido. Es un acontecimiento.
El poder constituyente es la potencia de dar forma a la innovación que la resistencia y la insurrección han producido; y de darles una forma histórica adecuada, nueva, teleológicamente eficaz. Si la insurrección empuja a la resistencia a transformarse en innovación (y representa, entonces, la productividad disruptiva del trabajo vivo), el poder constituyente da forma a esta expresión (acumula la potencia de masas del trabajo vivo en un nuevo proyecto de vida, en un nuevo potencial de civilización). Y si la insurrección es una arma que destruye las formas de vida del enemigo, el poder constituyente es la fuerza que organiza positivamente nuevas formas de vida, y de felicidad de las masas."
Nos ayudó mucho para desarrollar nuestro concepto de autogestión que dio origen al concepto de desempoderamiento la idea de Toni NEGRI de resistencia. Por eso, cuando trabajamos desde la complejidad, no podemos decir sí o no, cero o uno, sino que vamos entretejiendo con los hilos que sacamos de experiencias, conceptos, vivencias, sentimientos... cosas nuevas a partir de cosas existentes, lo que en las culturas populares sería la repetición creativa.
Lo que plantea Toni NEGRI podemos resumirlo de la siguiente manera:
Fuente de la imagen: http://seminariohardtynegri.blogspot.com.es/ |
"Cuando se habla de contrapoder en general, en realidad se está hablando de tres cosas: de resistencia contra el viejo poder, de insurrección y de potencia constituyente de un nuevo poder. Resistencia, insurrección poder constituyente representan la figura trinitaria de una única esencia del contrapoder.
Qué es la resistencia lo conocemos con cierta precisión si consideramos que en la vida cotidiana una gran mayoría de sujetos sociales la está ejerciendo. En las actividades productivas, contra el patrón; en las actividades de reproducción social, contra las autoridades que regulan y controlan la vida (en la familia, el paternalismo... ); en la comunicación social, contra los valores y los sistemas que encierran al lenguaje en la repetición y lo empujan hacia el sin-sentido. La resistencia interactúa duramente, pero también creativamente, con el mando, en casi todos los niveles de la existencia social vivida.
En cuanto a la insurrección, es de más compleja experimentación: pero en el transcurso de una generación (y, en todo caso, en los últimos dos siglos, cada treinta años) se ha podido experimentar. Para nosotros la insurrección es la forma de un movimiento de masas que resiste, cuando deviene activo en poco tiempo, o sea cuando se concentra sobre algunos objetivos determinados y determinantes: ello representa la innovación de las masas de un discurso político común. La insurrección hace confluir las distintas formas de resistencia en un único nudo, las homologa, las dispone como una flecha que atraviesa en forma original el límite de la organización social establecida, del poder constituido. Es un acontecimiento.
El poder constituyente es la potencia de dar forma a la innovación que la resistencia y la insurrección han producido; y de darles una forma histórica adecuada, nueva, teleológicamente eficaz. Si la insurrección empuja a la resistencia a transformarse en innovación (y representa, entonces, la productividad disruptiva del trabajo vivo), el poder constituyente da forma a esta expresión (acumula la potencia de masas del trabajo vivo en un nuevo proyecto de vida, en un nuevo potencial de civilización). Y si la insurrección es una arma que destruye las formas de vida del enemigo, el poder constituyente es la fuerza que organiza positivamente nuevas formas de vida, y de felicidad de las masas."
CONTRAPODER. Toni Negri
Fragmento extraído de: http://contraelpoder.blogspot.com.es/2004/11/contrapoder-por-negri.html
Nos ayudó mucho para desarrollar nuestro concepto de autogestión que dio origen al concepto de desempoderamiento la idea de Toni NEGRI de resistencia. Por eso, cuando trabajamos desde la complejidad, no podemos decir sí o no, cero o uno, sino que vamos entretejiendo con los hilos que sacamos de experiencias, conceptos, vivencias, sentimientos... cosas nuevas a partir de cosas existentes, lo que en las culturas populares sería la repetición creativa.
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