viernes, 6 de marzo de 2015

El respeto mutuo desde el disenso

El fin de semana pasado estuvimos revisando las autoevaluaciones de l@s estudiantes de Magisterio de tercer curso (aquí algo más de información sobre la experiencia concreta de este curso), donde hemos llevado la asignatura de Didáctica de la Lengua de forma experimental, y en lugar de enseñar didáctica, hemos partido de la práctica para aprender una forma nueva de trabajar, a través de un simulacro de un proceso de participación con y desde la gente, donde la lengua es una forma de comunicación y la comunicación, una forma de participación.

No hemos marcado objetivos a priori, los objetivos han sido situacionales y dependientes de cada momento, y además de utilizar la lengua para comunicarnos, hemos trabajado con la expresión plástica y la expresión física, priorizando la oralidad frente lo escrito. Al no marcar objetivos a priori, hemos tenido la posibilidad de ir trabajando los temas que han ido surgiendo y de expresarlos y compartirlos como mejor nos ha parecido.


La idea ha sido partir de los intereses y deseos de cada cual y que ese sea el punto de inicio para ir trabajando junt@s. Pero no aceptar "cualquier cosa" sino que las propuestas se han ido complejizando a lo largo del tiempo, para que la participación fuera más profunda y más ética, superando la perspectiva individualista para trabajar colectivamente. Eso nos ha generado algunos bloqueos y a lo largo del proceso hemos ido ayudándonos mutuamente para superarlos, aunque no siempre hemos dado con la forma de superar las dificultades y eso nos ha generado algunas frustraciones...


LAS AUTOEVALUACIONES

Al final del proceso, cada estudiante ha escrito de forma resumida qué es lo que ha hecho y qué es lo que ha aprendido en el tiempo de la asignatura. Estas han sido las cuestiones que más se han repetido:
  • Hemos aprendido a trabajar en grupo, no solo en nuestro propio grupo sino también junto con los otros grupos. Es cierto que no hemos ayudado tod@s a tod@s, pero han sido much@s l@s estudiantes que han dejado a un lado su trabajo en momentos determinados, para ayudar a otros grupos y estudiantes, y sentir que tenemos esa capacidad y que lo hemos hecho nos ha traído vivencias muy valiosas. Much@s han subrayado que esa idea de ayuda mutua ha sido nueva, esa forma de abrir las fronteras del grupo y ver que es posible ayudarnos mutuamente, y así cuidarnos y respetarnos.
  • Esa idea del respeto está presente en muchas de las autoevaluaciones... en realidad como grupo-clase tenían buen ambiente, cordial y agradable, pero me parece que la mención al respeto en este contexto se refiere a un respeto basado en el disenso, es decir, como más que buscar el acuerdo hemos trabajado con la idea de hacer cosas junt@s, la gente se ha sentido más libre para dar su visión y sus ideas y también ha sido más sencillo respetar la opinión de otr@s, ya que las ideas no tenían que ser enfrentadas, no había que seleccionar una idea sobre las demás, que es lo que supone el consenso. El disenso ha permitido la apertura a dar ideas y opiniones sin tener que restar esas a las ideas y opiniones de l@s demás.
  • En este sentido, para algunas personas esta ha sido la primera vez en la que se han atrevido a tomar la palabra ante el grupo-clase para dar su opinión, y otras personas han destacado que había sido la primera vez que han podido escuchar las ideas y los sentimientos de algunas personas de la clase. Han sido capaces como miembros de la clase de hacer cosas junt@s sin estar bajo la guía docente y sin tener que responder a una tarea concreta prefijada, la primera vez en estos tres años, y eso ha sido una vivencia de respeto mutuo muy importante. Ser capaces de trabajar de manera horizontal y por iniciativa propia, además de abrir nuevas posibilidades, también ha servido para replantearse lo que es la participación para cuando sean maestr@s. Eso nos ha hecho pensar que la mayor parte de la participación escolar es vertical, ya que está determinada por actividades y tareas, en la que es el docente quien decide cuándo tienen que hablar l@s niñ@s y sobre qué, en qué momento hablar y cuándo deben callar. La comunicación colectiva que ha partido del disenso ha sido más natural y real, y eso ha facilitado la participación de toda la gente de la clase.

El respeto, en sentido colectivo, no es solo respetar la toma de palabra y oír lo que dicen los demás, sino escuchar, tener en cuenta y ayudar en las ideas y opiniones que tienen otras personas aunque no sea exactamente lo que pensemos nosotr@s. El disenso abre hacia la ayuda mutua sin perder nuestra voz, en colaboración y de forma solidaria.

Esto me ha recordado la propuesta de Koldo Saratxaga de NER (Nuevo Estilo de Relaciones): "liderazgo, olvidarnos del yo e integrarse cómodamente en los grupos conformados por la institución". Desde nuestra experiencia, el liderazgo roba la palabra a quien no desea ser líder o tener ningún poder sobre los demás o a quien no desea tener que quitar la palabra a otros... y al final, esas personas que no sienten deseo de poder se integrarán en el grupo, sí, pero por consenso, y eso al fin y al cabo significa que no se respeta sus ideas u opiniones, ya que queda subsumida al lider o al poder de la mayoría. Esa propuesta lleva a tratar a las personas como masa, el "nosotros" por encima del "yo".

Por el contrario, si l@s líderes (en plural) son situacionales y no perduran en el tiempo, si es@s líderes hacen dejación de su poder hacia abajo cuando sienten que lo han tomado, y si en lugar del consenso se trabaja en la complejidad e incompletitud del disenso, entonces sí, todas las personas se sienten respetadas, escuchadas en su diversidad.

A lo largo de estas experiencias-vivencias, hemos puesto especial énfasis precisamente en que, en lugar de que cada cual se integre en su grupo de trabajo y se cohesione, que los grupos se abran continuamente, que sean permeables, que el poder quede diluido... y eso es lo que ha generado que hayan sido vivencias sentidas como de respeto mutuo, justamente dándole sentido a la autonomía, creando así procesos de interdependencia y ayuda mutua.

CULTURAS POPULARES, FRUTO DE LA COMPLEJIDAD

Para profundizar en este tema, son muy interesantes las formas de hacer complejas e incompletas de las culturas populares:



Enlace de descarga del audio

"Las culturas populares al ser formas de vida que no pueden ser explicables sin sentirlas/hacerlas/pensarlas en los espacios y tiempos cotidianos, siendo generadas por repetición creativa; son una expresión clara del concepto de complejidad. Como plantea E. MORIN (2001:46-47) “las unidades complejas, como el ser humano o la sociedad, son multidimensionales; así el ser humano es a la vez biológico, psíquico, social, afectivo y racional. La sociedad comporta dimensiones históricas, económicas, sociológicas y religiosas... El conocimiento pertinente debe reconocer esta multidimensionalidad e insertar en ella sus datos (...).

El conocimiento pertinente debe afrontar la complejidad. Complexus significa lo que esta tejido junto; en efecto hay complejidad cuando son inseparables los elementos que constituyen un todo”

Es importante agudizar los sentidos para poder entender la complejidad y las contradicciones que provoca, que pueden ser atrapantes, bloqueantes y/o dolorosas, o pueden convertirse en nudos que nos lancen hacia nuevas potencialidades.

“Las contradicciones tienen dos modos de resolución: uno cerrado (el consenso), otro abierto (el disenso). El consenso es el modo de la modernidad: una expresión - dice HABERMAS - vale en cuanto es capaz de producir consenso entre los receptores. El disenso es el modo de la posmodernidad: una expresión - dice LYOTARD - vale en cuanto es capaz de provocar expresiones diferentes entre los receptores.

El consenso es una solución cerrada. El conjunto vacío es parte común de todos los conjuntos. Sólo nos podemos poner todos de acuerdo en nada. El consenso implica pérdida de información. El disenso es una solución abierta. Cuando algo es necesario o imposible, hay que cambiar las reglas de juego: para inventar nuevas dimensiones (…).


El consenso produce la certeza, el disenso la duda. ‘Dudar’ viene de duo + habitare (dubbitare): el que habita dos mundos”. J. IBÁÑEZ (1997:83). Las formas de resolver los conflictos en el trabajo de las mediaciones sociales deseadas es el disenso.

Para esto es importante tener en cuenta los liderazgos situacionales: (abrir frente a la esclerotización que significa el reconocer a ciertos líderes como LOS LÍDERES para todo), todos somos líderes en determinados espacios y tiempos cotidianos, nunca en todos, acabaríamos con la cotidianidad. Reconocer y animar los liderazgos situacionales es reconocer la importancia que tiene cada una de las tareas en el proceso: la cultura,
la elaboración de la comida, la representación política, la comunicación, no hay tareas “secundarias o de apoyo”. El ilusionismo social signifi ca un respeto a cada una de las vidas y apertura a las situaciones de crisis. Los procesos sociales los conforman personas que necesitan vida y satisfacción en el proceso."


Javier ENCINA, Mª Ángeles ÁVILA, Begoña LOURENÇO (2010). Las culturas populares. Sevilla (Andaluzia): Atrapasueños, Colectivo de Ilusionistas Sociales, UNILCO-espacio nómada. Para leer más: http://ilusionismosocial.org/mod/resource/view.php?id=155



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