jueves, 26 de marzo de 2015

LIBERTAD: La visión de Jesús Ibáñez

La libertad es uno de los pilares del desempoderamiento...

Para comprender el desempoderamiento tendríamos que visualizarlo asentado sobre ocho pilares, que tienen que guardar un equilibrio, aunque sea inestable a lo largo del proceso, aunque en cada momento puede haber predominancias, que hay que equilibrar...



Para comprender el pensamiento de Jesús IBAÑEZ sobre este tema podemos manejar dos textos:

El primero es Algunas reflexiones fundamentales: Consenso/Disenso. Revista Herria 2000 Eliza, nº 105, 1989

“El consenso es una solución cerrada. El conjunto vacío es parte común de todos los  conjuntos. Sólo nos podemos poner todos de acuerdo en nada. El consenso implica  pérdida de información. El disenso es una solución abierta. Cuando algo es necesario o  imposible, hay que cambiar las reglas de juego: para inventar nuevas dimensiones (...). El consenso produce la certeza, el disenso la duda. ‘Dudar’ viene de duo+habitare (dubbitare): el que habita dos mundos”






El segundo es Nada para el pueblo pero sin el pueblo en Javier Encina y Otr@s (coord) Democracias participativas e intervención social comunitaria desde Andalucía. Ed. Atrapasueños, Sevilla-2004

"La democracia tiene una forma —votar— y un contenido -una sustancia- llaman «democracia» a un país donde la gente vota (...)

Aquí nos han concedido la democracia formal para evitar la democracia sustancial. Hay que votar y no hacer otra cosa que votar. Hay modos de participación política más fuertes que el voto: por ejemplo, la opinión pública o la acción de masas. Cuando la opinión pública y la acción de masas estaban socavando los cimientos de la dominación, cambiaron la forma de gobierno de dictadura a democracia. Votar no es, para nosotros, un derecho sino un deber: nos obligan a votar a cambio de que renunciemos al derecho de opinar («eso dilo con tu voto en las próximas elecciones») y de salir a la calle («se vota con las manos, no con los pies»).


Se vota con los pies. Los que mandan mandan con las manos, los mandados obedecen con los pies. Porque son culpables: en la etapa religiosa, pecadores; en la jurídica, delincuentes; en la publicitaria, extraviados o extravagantes. Tres términos sinónimos: los tres significan «salirse del camino recto que va hacia la derecha». Pecador —depes+kho’s— es el que tiene un defecto en el pie —como el manco lo tiene en la mano o el ciego en los ojos—. Delincuente— de de+linquo— es el que abandona el deber (trazado por el camino recto). Extraviado es el que va por otra vía, extravagante es el que se sale de la vía. Siempre modificados, medidos: primero moldeados por la moral, luego modelados por la Ley (mos y lex tienen significados semejantes), finalmente modulados por la moda. Votar es un modo de marcar el paso. Los que mandan se comunican con los mandados mediante juegos de lenguaje del tipo pregunta/respuesta. Como las elecciones. El que manda puede preguntar lo que quiera, el mandado debe responder a lo que le preguntan. Así se distribuyen
el poder y el deber.

Se concede democracia a un pueblo para evitar una revolución. La democracia que nos conceden es un antídoto contra la democracia: democracia formal contra democracia sustancial. Cambiamos la libertad
real por la igualdad imaginaria: la igualdad de votar y —con la Ley de Seguridad Ciudadana– la igualdad de ser todos culpables".

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