La Esperanza es uno de los pilares del desempoderamiento...
Para comprender el desempoderamiento tendríamos que visualizarlo asentado sobre ocho pilares, que tienen que guardar un equilibrio, aunque sea inestable a lo largo del proceso, aunque en cada momento puede haber predominancias, que hay que equilibrar...
Es necesario que quede claro que la desesperanza no es una manera natural de estar siendo del ser humano, sino la distorsión de la esperanza. Yo no soy primero un ser de la desesperanza para ser convertido o no por la esperanza. Yo soy, por el contrario, un ser de la esperanza que, por "x" razones, se volvió desesperanzado.
De allí que una de nuestras peleas como seres humanos deba dirigirse a disminuir las razones objetivas de la desesperanza que nos inmoviliza”.
Para comprender el desempoderamiento tendríamos que visualizarlo asentado sobre ocho pilares, que tienen que guardar un equilibrio, aunque sea inestable a lo largo del proceso, aunque en cada momento puede haber predominancias, que hay que equilibrar...
Ahondando sobre la espera nos plantea Paulo FREIRE (1999:25): “En cuanto necesidad ontológica la esperanza necesita de la práctica para volverse historia concreta. Por eso no hay esperanza en la pura espera, ni tampoco se alcanza lo que se espera en la espera pura, que así se vuelve espera vana”
Para
Paulo FREIRE (2004:33-34): “La esperanza forma parte de la
naturaleza humana. Sería una contradicción si, primero, inacabado y
consciente del inacabamiento, el ser humano no se sumara o estuviera
predispuesto a participar en un movimiento de búsqueda constante y,
segundo, que se buscara sin esperanza. La desesperanza es la negación
de la esperanza. La esperanza es una especie de ímpetu natural
posible y necesario, la desesperanza es el aborto de este ímpetu. La
esperanza es un condimento indispensable de la experiencia histórica.
Sin ella no habría Historia, sino puro determinismo. Sólo hay
Historia donde hay tiempo problematizado y no pre-dado. La
inexorabilidad del futuro es la negación de la Historia. Es necesario que quede claro que la desesperanza no es una manera natural de estar siendo del ser humano, sino la distorsión de la esperanza. Yo no soy primero un ser de la desesperanza para ser convertido o no por la esperanza. Yo soy, por el contrario, un ser de la esperanza que, por "x" razones, se volvió desesperanzado.
De allí que una de nuestras peleas como seres humanos deba dirigirse a disminuir las razones objetivas de la desesperanza que nos inmoviliza”.
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